La Toscana es una de las regiones más cautivadoras de Italia, una tierra donde la historia, el arte y la naturaleza se funden en perfecta armonía. Cada colina guarda un paisaje de postal, cada ciudad respira siglos de esplendor y cada piedra cuenta una historia. Entre sus numerosos encantos, destacan estas cinco joyas que condensan su espíritu más auténtico: San Gimignano, Siena, Val d’Orcia, Cortona y Lucca. Estos lugares y muchos más los descubriremos en el viaje que haremos a la Toscana, en agosto de 2026.
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San Gimignano: la ciudad de las torres
Conocida como la “Manhattan medieval”, San Gimignano se alza sobre una colina con sus inconfundibles torres de piedra que dominan el horizonte. En la Edad Media, las familias nobles competían por construir la torre más alta como símbolo de poder, y hoy dieciséis de ellas aún se conservan, creando un perfil urbano único en el mundo.
Pasear por sus calles adoquinadas es retroceder en el tiempo. La Piazza della Cisterna y la Piazza del Duomo son el corazón de la ciudad, rodeadas de palacios, iglesias románicas y talleres artesanales. Además, San Gimignano es famosa por su vino blanco Vernaccia di San Gimignano, uno de los más antiguos de Italia, ideal para disfrutar con vistas a sus colinas doradas.
Siena: arte, historia y pasión
Siena es una joya gótica, una ciudad vibrante y elegante que conserva intacta su estructura medieval. Su epicentro es la Piazza del Campo, una de las plazas más bellas del mundo, en forma de abanico, donde cada verano se celebra el Palio, la emocionante carrera de caballos que enfrenta a los barrios históricos de la ciudad.
La Catedral de Siena es una obra maestra del arte gótico italiano, con mármoles blancos y negros, esculturas de Miguel Ángel y un pavimento decorado que asombra a los visitantes. Las calles estrechas, los palacios antiguos y la atmósfera animada hacen de Siena un destino que combina elegancia, tradición y orgullo local.
Val d’Orcia: paisajes de ensueño
El Val d’Orcia, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, representa el alma más pura de la Toscana rural. Sus colinas suaves, caminos bordeados de cipreses, viñedos y pueblos de piedra forman un escenario de belleza serena y casi irreal, inmortalizado en pinturas renacentistas y películas como Gladiator o El paciente inglés.
Entre sus pueblos más encantadores se encuentran Pienza, la “ciudad ideal” del Renacimiento, famosa por su queso pecorino; y Montalcino, cuna del prestigioso vino Brunello di Montalcino. El Val d’Orcia es el lugar perfecto para recorrer en coche o bicicleta, detenerse en una enoteca, o contemplar cómo el sol tiñe de oro los campos al atardecer.
Cortona: alma etrusca y encanto toscano
Elevada sobre el valle del Chiana, Cortona es una de las ciudades más antiguas de la Toscana, con raíces etruscas que aún se perciben en sus murallas y restos arqueológicos. Su casco antiguo es un laberinto de callejuelas empedradas, escalinatas y plazas con vistas panorámicas sobre la campiña.
Entre sus tesoros destacan la Iglesia de Santa Margherita, el Museo Diocesano —que alberga obras de Fra Angelico— y el encanto inigualable de sus cafés y trattorias tradicionales. Cortona ganó fama internacional gracias a la película Bajo el sol de la Toscana, que supo capturar su atmósfera cálida y romántica.
Lucca: la elegancia amurallada
Rodeada por una impresionante muralla renacentista perfectamente conservada, Lucca es una de las ciudades más refinadas y encantadoras de Italia. Pasear por sus murallas convertidas en paseo ajardinado ofrece vistas únicas de sus torres, iglesias y tejados rojizos.
El corazón de Lucca es la Piazza dell’Anfiteatro, construida sobre las ruinas de un antiguo anfiteatro romano, hoy rodeada de coloridas fachadas y terrazas animadas. La Torre Guinigi, coronada por árboles en su cima, es otro símbolo inconfundible. Además, Lucca es conocida por su tradición musical, pues es la ciudad natal de Giacomo Puccini, y cada verano celebra un festival dedicado a su legado.
